
La desesperación del PSOE por lavarse las manos con el caso de la fontanera Leire Díez
Óscar López ha sido quien ha hablado para intentar desvincular al partido de los supuestos trabajos de investigación
El PSOE quiere cortar cualquier vínculo con Leire Díez. La exmilitante socialista, implicada en una trama de presiones e intercambio de favores con la Justicia, ha generado una tormenta política. Una que el partido trata de contener con urgencia.
Óscar López, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, habló este jueves desde Bruselas. Allí participaba en una reunión de ministros de la Unión Europea.

La respuesta del ministro sobre Leire Díez fue directa: “El partido ya ha actuado”, dijo. Argumentó que Leire Díez ya no forma parte del PSOE y con esa frase intentó cerrar la crisis. Pero la polémica está lejos de terminar.
Díez, exconcejala socialista y exdirectora de Relaciones Institucionales de Correos, aparece en un audio que ha sacudido al partido. En él, se la escucha ofreciendo pactos con la Justicia a cambio de obtener información comprometedora sobre altos funcionarios. Un contenido explosivo.
La grabación fue difundida en plena tormenta política por el caso de Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez. Justo cuando el PSOE intentaba cambiar el foco mediático, el escándalo de Leire Díez reabre heridas.
Desde la dirección socialista, se insiste en que Díez no tiene ya relación con el partido.
No ocupa ningún cargo. No milita desde hace tiempo. Pero su cercanía pasada con Ferraz y con altos cargos del PSOE deja incómodos silencios.
Leire Díez fue una figura bien conectada que tuvo responsabilidades públicas. Se movió en el núcleo duro del poder institucional.

Ahora, esas credenciales juegan en contra del partido. Más aún cuando los audios la implican en maniobras que rozan el tráfico de influencias.
El PSOE intenta que el caso no salpique más de lo necesario. Pero dentro del partido hay preocupación. La oposición exige explicaciones y PP y Vox acusan al Gobierno de usar a militantes afines para presionar a jueces y condicionar procesos judiciales.
Mientras tanto, el entorno de Leire Díez guarda silencio. No hay una versión oficial sobre el contenido del audio ni sobre su contexto. Solo fragmentos filtrados que apuntan a una práctica muy alejada de la ética institucional.
Óscar López dejó claro que el PSOE no asumirá ninguna responsabilidad por las acciones de alguien que, según sus palabras, ya está fuera. Pero esa defensa no ha bastado para calmar las aguas.
El caso Leire Díez llega en un momento crítico para el Ejecutivo. El presidente bajo presión por la imputación de su esposa y el desgaste electoral acumulado. Cada escándalo se convierte en una amenaza directa a la estabilidad del Gobierno.
Por ahora, la estrategia del PSOE es clara: cortar de raíz, negar vínculos y repetir que Leire Díez ya no representa al partido. Sin embargo, el eco de su voz en los audios sigue retumbando. Y puede que lo haga por mucho tiempo más.
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