La Confederación del Júcar informó del riesgo de ruptura de Forata tan solo por email
Carlos Mazón señala que la Confederación, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, no emitió las emergencias
La catástrofe provocada por la DANA en la Comunidad Valenciana ha desatado una serie de acusaciones entre el Gobierno autonómico y la Confederación Hidrográfica del Júcar. La polemica se centra en torno a la gestión de las alertas sobre el barranco del Poyo, epicentro de las inundaciones. Desde la Generalitat de Carlos Mazón señalan que la Confederación, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, no emitió las advertencias de manera oportuna. Especialmente ante la abrupta crecida que llegó a superar los 1.686 m³/s.
La cadena de correos electrónicos enviada por la Confederación entre el 29 y 30 de octubre, cuando la DANA estaba en pleno desarrollo, revela un flujo continuo de actualizaciones, con hasta 130 correos enviados a distintas entidades. Sin embargo, el correo decisivo sobre la grave crecida del barranco se envió a las 18:43 horas, cuando muchas áreas ya estaban inundadas. Este correo, dirigido al servicio de emergencias 112 y a la Delegación del Gobierno, indicaba de manera escueta la intensidad del caudal, pero sin un aviso complementario vía telefónica, algo que, según la Generalitat, hubiera sido más adecuado dada la situación crítica.
En las horas previas, la Confederación había comunicado una tendencia descendente del caudal en varios momentos, generando una sensación de aparente estabilidad. A las 17:00 horas, en una reunión del Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI), los responsables de la Confederación y de la Delegación del Gobierno no alertaron sobre el barranco del Poyo, sino que se enfocaron en otros cauces como el río Magro y el Júcar. La Confederación ha defendido su proceder, alegando que la emisión de alertas públicas no recae en su responsabilidad directa, sino en las autoridades de protección civil.
Por su parte, la Generalitat considera que esta comunicación fue insuficiente y tardía, argumentando que la falta de coordinación y de una alerta clara contribuyó a la magnitud de los daños en la región. La situación ha dejado varias localidades anegadas y expuestas a un caudal inusitado, equivalente a cuatro veces el del río Ebro, intensificando el debate sobre la responsabilidad y los protocolos de actuación ante fenómenos climáticos extremos.
Más noticias: