
Sánchez, el filtrado: cómo el sanchismo convirtió la Justicia en su chivato particular
La opinión de Javier García Isac de hoy, miércoles 9 de julio de 2025
Si algo ha quedado claro en estos días es que Pedro Sánchez no sólo ha corrompido la política, la moral y la decencia, sino también la justicia misma. Todo lo que toca el sanchismo se pudre, y las últimas informaciones lo confirman: Moncloa recibía filtraciones privilegiadas no sólo del Fiscal General del Estado, sino también del mismísimo presidente de la Audiencia Nacional.
Nos enteramos ahora de que el presidente de la Audiencia Nacional avisó con dos meses de antelación al Gobierno de Sánchez de que Josep Lluís Trapero, el mayor de los Mossos, iba a ser absuelto. Información privilegiada que Sánchez utilizó para moldear su relato y pactos con el separatismo catalán. Porque no se engañen: cada filtración judicial era una pieza más en el puzle del chantaje que el sanchismo ha sostenido con sus socios golpistas.
Lo mismo ocurrió con Álvaro García Ortiz, Fiscal General del Estado impuesto y ratificado por Sánchez, procesado ahora por el Tribunal Supremo por revelar secretos. ¿A quién filtraba? A los medios afines, para lanzar campañas políticas a conveniencia de Moncloa y para dañar a adversarios, mientras el Gobierno miraba para otro lado con sonrisa de carné de partido.
El propio juez del Supremo que procesa a García Ortiz ha dejado claro que esas filtraciones se realizaron “tras recibir indicaciones de Presidencia del Gobierno”. Lo que demuestra que la Fiscalía, en lugar de ser un pilar de la independencia judicial, ha sido el altavoz y el brazo ejecutor de Sánchez para sus guerras de poder.
Este es el nivel de descomposición institucional que sufrimos en España. Mientras Sánchez se pasea por platós de televisión mintiendo con desparpajo sobre su falsa regeneración, se alimenta de filtraciones ilegales que le permiten anticipar decisiones judiciales, preparar operaciones mediáticas y maniobrar para proteger a su camarilla de amigos, esposas, hermanos y socios de corrupción.
Todo lo que rodea a Sánchez es corrupción:
Corrupción moral, por sostenerse en la mentira.
Corrupción política, por pactar con golpistas y comunistas enemigos de España.
Corrupción judicial, por utilizar las instituciones de justicia como goteros de filtraciones a favor del Gobierno.
España está secuestrada por un presidente que ha colonizado el Congreso, los medios de comunicación, la Fiscalía, el Tribunal Constitucional y hasta la Audiencia Nacional, que se pliega a sus intereses, dejándonos a todos en un Estado de excepción encubierto.
¿Para qué quiere Sánchez toda esta información privilegiada? Para negociar con ERC y Junts, para tapar sus casos de corrupción, para proteger a su mujer, para amenazar a sus adversarios, para sobrevivir un día más en el poder mientras el PSOE se hunde.
Esto no va de política: va de decencia, de Estado de derecho y de supervivencia nacional. No puede haber regeneración mientras Sánchez siga en La Moncloa, porque él es el primer corrupto, el primero en utilizar las cloacas y el primero en beneficiarse de filtraciones ilegales que retuercen el funcionamiento de la justicia.
España merece saber la verdad: Moncloa es un centro de operaciones de chantaje político y mediático, sostenido con filtraciones ilegales de fiscales y jueces que se pliegan al poder.
Lo hemos repetido muchas veces: no hay regeneración posible mientras Sánchez permanezca en el poder. Y no hay futuro para España si no recuperamos la justicia de las manos de quienes la han convertido en una sucursal de La Moncloa.
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