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Un hombre con vestimenta religiosa frente a un edificio histórico con una cúpula y un emoji sorprendido en la esquina.
CORAZÓN

Salta la sorpresa en el Vaticano: este podría ser el sucesor real del Papa Francisco

Tras la muerte del Santo Padre, llegan las apuestas por un sucesor que deberá de recuperar la confianza de los fieles

El Espíritu Santo, dicen muchos en Roma, tiene predilección por las sorpresas. Ya ocurrió en 1978 con Karol Wojtyla, cuyo nombre apenas era conocido fuera de Polonia. Se repitió en 2005 con Joseph Ratzinger, tan favorito que fue descartado por los analistas.

Y volvió a pasar en 2013, cuando Jorge Mario Bergoglio emergió inesperadamente como Papa Francisco. Ahora, en un cónclave lleno de incertidumbres, comienza a resonar un nombre hasta hace poco ajeno: el cardenal canadiense Francis Leo. Nacido en Montreal en 1971, de padres italianos, Leo representa una figura emergente dentro de la Iglesia.

Un hombre con vestimenta y sombrero rojo sonríe frente a un fondo neutro.

Ordenado sacerdote en 1996, ha recorrido una trayectoria pastoral amplia y diversa. Parroquias, universidades, capellanías, seminarios y el cuerpo diplomático de la Santa Sede, con destinos en Australia y Hong Kong. Su ascenso ha sido meteórico y pasó de ser obispo en Montreal, a arzobispo de Toronto y cardenal en diciembre de 2024.

Su discurso de toma de posesión en Toronto marcó el tono de su espiritualidad. Firmeza doctrinal, centralidad de Cristo, amor por los pobres y marginados, defensa de la familia, y una devoción mariana profunda. “Debemos amar al mundo, pero no arrodillarnos ante él”, afirmó entonces.

Unas palabras que ya les resuenan a muchos

Dejando clara su posición frente a la secularización y las corrientes ideológicas que, según él, vacían al ser humano de trascendencia. Sus palabras han resonado incluso fuera del ámbito eclesial. En una carta pastoral escribió: “Preferimos a Cristo a la politización, la devoción a la astucia, la gracia al odio, la verdad a la ideología”.

Declaraciones que, aunque desafiantes en la Canadá liberal de Justin Trudeau, le han valido el respeto incluso entre sectores políticos distantes. Leo mantiene una espiritualidad intensa, inspirada en los Padres de la Iglesia, el latín litúrgico y los grandes santos de la tradición católica. Renunció a su prometedora carrera diplomática para volver a formar seminaristas.

Vista aérea de una multitud congregada en una avenida que conduce a una gran catedral con una cúpula prominente en el horizonte por el funeral del Papa Francisco.

Sus claves para servir a la Iglesia

Todo ello convencido de que “el poder de la oración y el discernimiento” son claves para servir a la Iglesia. Los paralelismos con Juan Pablo II son inevitables: su cercanía a los jóvenes, su defensa de la familia, su amor por María y su diálogo. En un Colegio Cardenalicio cada vez más dividido, Leo podría ser ese perfil de consenso que emerge cuando nadie lo espera.

Si el humo blanco señala su nombre, no pocos recordarán que, a veces, las verdaderas sorpresas vienen de lo alto. ¿Estamos ante el nuevo Papa? La respuesta, como siempre, vendrá desde la Capilla Sixtina.

➡️ Corazón

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