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Kiko Rivera con traje claro sonríe frente a la Plaza de España en Sevilla
CORAZÓN

El pueblo de Sevilla que le ha cambiado la vida a Kiko Rivera: tiene bares y fiesta

Así es Castilleja de la Cuesta, localidad natal de Irene Rosales, que se ha convertido en el refugio de Kiko Rivera

Kiko Rivera está en un gran momento personal y familiar. Su rostro irradiaba felicidad durante la comunión de su hija, reflejo de una etapa marcada por la serenidad y la estabilidad. Parte esencial de ese cambio ha sido Castilleja de la Cuesta, el pueblo sevillano que ha transformado su día a día, dándole una nueva perspectiva vital alejada de antiguos conflictos.

El hijo de Isabel Pantoja lleva ocho años instalado en esta localidad del Aljarafe junto a Irene Rosales. Allí ha formado su hogar y ha encontrado el equilibrio que tantas veces le faltó en el pasado. ¿Qué tiene este rincón de Sevilla que le ha cambiado la vida a Kiko Rivera?

Kiko Rivera apoyado en el sofá de La Resistencia mirando hacia al lado vestido casualmente

Así es Castilleja de la Cuesta, el pueblo sevillano que conquistó a Kiko Rivera

Situada a solo seis kilómetros de Sevilla capital, Castilleja de la Cuesta forma parte de la comarca del Aljarafe. Esta zona se ha convertido en una de las más atractivas para quienes buscan vivir cerca de la ciudad sin renunciar a la tranquilidad. Con algo más de 17.000 habitantes, este enclave combina historia, servicios modernos y una vida social activa, elementos que han encajado a la perfección con las necesidades de Kiko Rivera.

La villa destaca por su crecimiento urbanístico en la última década. Nuevas barriadas han acogido a numerosas familias sevillanas que se han mudado atraídas por su calidad de vida. Y no es para menos: el municipio cuenta con el primer Ikea inaugurado en Andalucía y el centro comercial AireSur, con más de 80 tiendas.

Plaza amplia con bancos, árboles podados, farolas negras y edificios históricos de fondo bajo un cielo parcialmente nublado

Además, la oferta gastronómica y de ocio es amplia, con bares, restaurantes y fiestas que dinamizan el ambiente. Para alguien como Kiko, apasionado de la música, la convivencia y el buen ambiente, esta combinación ha sido un regalo.

Entre sus calles se encuentran joyas patrimoniales como la Iglesia de Santiago el Mayor, la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción o las haciendas de San Ignacio y Santa Bárbara. Además, también es famoso por su repostería. La torta de aceite de Castilleja tiene renombre nacional, y obradores como Upita de los Reyes mantienen viva esta tradición familiar.

Castilleja de la Cuesta cambió por completo la vida de Kiko Rivera

Mientras su vida anterior estuvo marcada por inestabilidad y distanciamientos familiares, su presente en Castilleja de la Cuesta dibuja otro panorama. Alejado del foco mediático, Kiko ha podido reenfocar sus prioridades: su familia, su salud mental y su música. Aunque su vínculo con el clan Pantoja sigue siendo distante, en este rincón sevillano ha encontrado una nueva familia elegida: sus vecinos.

La elección de Castilleja de la Cuesta como hogar familiar no fue casualidad. Irene Rosales mantiene allí sus raíces más profundas, con la mayor parte de su familia residiendo en el municipio. Esta red de apoyo familiar ha resultado fundamental para la estabilidad que tanto necesitaba Kiko Rivera en su proceso de maduración personal.

Su vida allí transcurre con naturalidad. Paseos por el centro, cafés tranquilos y tiempo de calidad con Irene y sus hijas. La cercanía a Sevilla le permite seguir conectado profesionalmente con la industria musical, pero sin renunciar al sosiego de una vida de pueblo.

Primer plano de Kiko Rivera serio en la calle

En septiembre del año pasado, Kiko Rivera quiso compartir públicamente lo que este pueblo significa para él. "Son 8 años viviendo en Castilleja de la Cuesta, el pueblo de mi mujer y de su familia, que por supuesto también es el mío", escribía. Lejos de ser una frase hecha, esas palabras reflejan un arraigo real.

El DJ relató cómo fue recibido por sus vecinos con los brazos abiertos: "Tuve la oportunidad de conocer a su gente y convivir con ella. Bastó poco para darme cuenta de que este lugar molaba". No solo ha encontrado tranquilidad, también ha creado nuevas amistades y un entorno cotidiano en el que se siente plenamente integrado.

La muestra más clara fue su participación como DJ en una fiesta, una noche que definió como "una de las más felices" de su vida. "Estaba rodeado de mi familia, amigos y de la gente que veo cada día aquí en mi pueblo", relató entonces. El cariño fue recíproco: "Viva mi pueblo, viva Castilleja de la Cuesta y su gente que son los míos".

Sin duda, Kiko Rivera ha encontrado en Castilleja de la Cuesta, Sevilla, un refugio personal y familiar que le ha cambiado la vida. Allí ha construido una rutina tranquila, rodeado del cariño de su gente y lejos del ruido mediático. Quizás sea ese equilibrio el que le permita mirar al futuro con más luz que nunca.

➡️ Corazón

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