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Manolo El del Bombo con camiseta roja y sombrero negro toca un tambor que dice "Deporte sí, Valencia no" mientras un lazo negro aparece al lado.
CORAZÓN

Muere Manolo 'El del bombo', el mito de la Selección Española: todo lo que se sabe

Manolo 'El del bombo' apoyó a la Selección Española y consiguió que nuestro país vibrase. Tenemos todos los detalles

El fútbol español está de luto tras la muerte de una de sus figuras más queridas. Manolo ‘El del Bombo’, el aficionado más emblemático de la Selección Española, ha fallecido este jueves 1 de mayo a los 76 años. Su legado, construido a base de pasión, viajes y redobles, permanecerá para siempre en la memoria colectiva del deporte.

La noticia fue confirmada por la Real Federación Española de Fútbol a primera hora de la mañana. Manolo murió a las 10:30 horas en el Hospital Universitario La Plana, en Villarreal, tras varios días ingresado. Sus problemas respiratorios se habían agravado en los últimos tiempos, y su estado de salud era delicado.

Manolo El del Bombo con camiseta roja de España y sombrero negro sonríe y levanta los pulgares frente a un fondo decorativo.

El verdadero nombre del aficionado era Manuel Cáceres Artesero, aunque toda España lo conocía por su apodo. Desde 1976, cuando asistió por primera vez a un partido de ‘La Roja’, no dejó de seguirla por todo el mundo. Con su inseparable bombo, se convirtió en un icono de la afición española.

Su imagen era inconfundible: boina, camiseta de la selección y un enorme tambor con mensajes positivos. En él podían leerse frases como “Deporte sí, violencia no”, que reflejaban su espíritu pacífico. A lo largo de los años, Manolo animó sin descanso a la Selección, incluso en partidos amistosos o clasificatorios menores.

Fue una presencia constante en los grandes torneos internacionales. México, Estados Unidos, Corea o Sudáfrica contaron con su aliento incondicional. No importaba la distancia, el clima o el resultado: su misión era estar allí, siempre en la grada.

La historia de Manolo 'El del bombo'

Nació en San Carlos del Valle, en Ciudad Real, aunque se crio en Huesca, ciudad a la que siempre estuvo muy ligado. También mostró su apoyo a clubes como el Real Zaragoza y el Valencia. Pero fue con la Selección Española donde se convirtió en leyenda.

En Valencia regentó durante años un bar llamado Tu Museo Deportivo, situado cerca del estadio de Mestalla. Era mucho más que un negocio: era un lugar de culto para los amantes del fútbol. Allí exhibía camisetas, fotos y recuerdos de sus viajes animando a España.

Durante la pandemia, tuvo que cerrar su querido museo-bar, lo que supuso un golpe emocional y económico para él. Había invertido años de ilusión en aquel local, y su cierre le afectó profundamente. Aun así, nunca dejó de mirar hacia adelante con optimismo.

Manolo El del Bombo con sombrero y mascarilla toca un bombo que tiene un mensaje contra la violencia mientras personas observan en la calle.

Su primer gran viaje con la selección fue en 1979, cuando España jugó contra Chipre. Fue el inicio de una vida marcada por el fútbol y por una pasión incansable. Durante el Mundial de España en 1982, su popularidad creció al máximo y comenzó a ser reconocido en todo el país.

No tenía miedo de viajar en autostop o dormir en estaciones si era necesario. Su única meta era apoyar a los jugadores y hacer sonar su bombo con fuerza. Su figura trascendió los estadios y se convirtió en un símbolo del aficionado fiel, incansable y entregado.

Durante la Copa del Rey de 1983 vivió uno de sus momentos más emotivos. Fue recibido por el rey Juan Carlos I, quien le entregó una placa en agradecimiento por su entrega al deporte. Aquel gesto le emocionó y le hizo sentir que su esfuerzo no pasaba desapercibido.

La influencia de Manolo en el fútbol

Manolo siempre defendió que animar a la selección era su gran pasión, por encima del dinero o el reconocimiento. En una entrevista en 2018 confesó que muchas veces pagaba de su bolsillo los desplazamientos. Decía que prefería ganar menos, pero vivir haciendo lo que le hacía feliz.

La Federación Española de Fútbol ha sido una de las primeras en rendirle homenaje tras conocerse su fallecimiento. “Siempre nos acompañó en las buenas y en las malas”, han publicado en sus redes sociales. También expresaron su pésame a la familia y afirmaron que Manolo “seguirá haciendo retumbar nuestros corazones”.

Su último partido como animador fue el pasado 23 de marzo, en Valencia, durante un encuentro amistoso entre España y Países Bajos. Fue un momento especial para él, ya que recibió un homenaje espontáneo por parte de los aficionados. Muchos lo aplaudieron de pie, reconociendo su entrega durante tantos años.

Fuentes de la Federación han indicado que su hija desea que sea enterrado en Huesca. Esa ciudad, que tan importante fue en su vida, se perfila como el lugar donde descansará por siempre. Allí comenzó a forjarse el personaje que hoy todos recuerdan con cariño.

Adiós a Manolo 'El del Bombo'

Manolo era miembro de la peña ‘Marea Roja’, donde compartía su pasión con otros hinchas incondicionales. Su entusiasmo contagiaba a todo aquel que lo conocía. No era solo un animador, era un símbolo del amor por el fútbol.

Nunca fue un simple espectador. Era parte del espectáculo, una figura reconocida por jugadores, entrenadores y periodistas. Su presencia en los estadios siempre era motivo de alegría para quienes lo veían.

Muchas generaciones de aficionados crecieron viéndolo en las gradas. Para los más jóvenes, era una figura casi mítica, inseparable de los éxitos y fracasos del equipo nacional. Siempre estaba ahí, con su bombo y su sonrisa.

Hoy, el fútbol español despide a un hincha irrepetible. Alguien que vivió por y para su selección, sin pedir nada a cambio. Un hombre sencillo, pero con un corazón gigante, que se ganó el cariño de todo un país.

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