
Guillermo y Harry deberían hablar ya con su padre: es sobre Lady Di y es urgente
Hay decisiones que Guillermo y Harry no pueden postergar, se trata del pasado familiar que clama por respeto y memoria
Los Windsor han sido testigos y, por sobre todo, protagonistas de capítulos decisivos en la historia contemporánea británica. Sus miembros, admirados o criticados, siempre generan conversación. Ahora, lo que los envuelve está lejos de celebraciones o gestos oficiales.
Carlos III, Guillermo y Harry son nombres ligados al poder, muchas veces, a las polémicas y, también a símbolos que definen la identidad británica. Entre ellos, hay espacios y recuerdos que, la opinión pública, cree que deberían preservarse con esmero. Pero lo que ocurre con este espacio ha despertado una oleada de inquietud.

El deterioro de un recuerdo de Lady Di: rompe corazones
Park House, el lugar donde nació Diana de Gales, se encuentra en un alarmante estado de abandono. Ubicada en la finca de Sandringham, sus muros relatan hoy una historia de olvido. Desde 2021, tras el cierre del hotel para personas con discapacidad, el edificio quedó vacío.
“¡Es una falta de respeto! Esta casa debería restaurarse para que volviese a ser como era originalmente”, expresó una camarera local a The Mirror. El clamor vecinal crece ante el tejado hundido, los cristales rotos y la humedad. Un entorno que antes fue vida, hoy refleja abandono.
Selina Raines, vecina de Snettisham, lo definió con dolor: “Te rompe el corazón, ver u oír hablar sobre cómo ha quedado la casa”. Agregó que pocos conocen su estado real. “Si la gente lo supiera, se quedarían sin palabras, es que muy, muy triste”, dijo.

Más que un lugar, un legado emocional de Lady Di
Park House fue gestionada durante más de 30 años como un lugar accesible y querido por muchos. “Era maravilloso, por eso es aún más triste que se haya permitido su deterioro”, recordó un terapeuta retirado. Había hasta lista de espera para disfrutar de su tranquilidad.
El problema, según los vecinos, no es solo el desgaste físico. Es también el desinterés institucional hacia la memoria de Diana. En contraste, proyectos nuevos sí han recibido atención e inversión.
“El rey Carlos tiene dinero para invertir en su camping, pero no en la casa donde Diana creció”, reprochó un vecino. A solo medio kilómetro, Sandringham House se conserva con esmero, “Todo el encanto del pasado ha desaparecido”, lamentan quienes conocieron su belleza. Muchos creen que ha llegado el momento de que sus hijos levanten la voz.
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