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Montaje de fotos de primer plano de Felipe VI y Juan Carlos I, ambos con rostro medio sonriente.
CORAZÓN

Giro de 180º para el rey Felipe y Juan Carlos I: es la hora y todos han podido verlo

La ciudadanía ha visto con sus propios ojos algo muy importante que cambia la idea que se tenía de ellos

Durante años, la imagen del rey Felipe se ha construido con un objetivo muy claro: marcar una línea de separación firme respecto a su padre, Juan Carlos I. Desde que accedió al trono, él ha querido que su reinado se perciba como limpio, transparente y alejado de los escándalos que empañaron los últimos años del de su progenitor. Sin embargo, en los últimos días se ha producido un cambio sorprendente.

Un gesto público, notorio y simbólico ha dejado claro que, en al menos un asunto clave, el actual monarca está siguiendo los pasos del anterior. La defensa del proyecto europeo, una de las grandes banderas del ahora emérito, también es una causa que su hijo abraza con convicción.

Felipe VI con traje oscuro y corbata roja saluda con la mano mientras la reina Letizia de vestido negro sonríe a su lado en un evento al aire libre rodeados de más personas

El rey Felipe sigue los pasos de Juan Carlos I en algo muy concreto

La reciente conmemoración del 40º aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas ha sido el escenario donde se ha escenificado este giro de 180º. Este acto institucional, el rey Felipe lo presidió con solemnidad y protagonismo, dejando claro que Europa sigue siendo un pilar fundamental para la Corona.

Durante su intervención, él no dejó lugar a dudas sobre su visión del papel de España en la UE. Sus palabras resonaron con claridad: “Los españoles somos más libres dentro de la Unión Europea”.

Con esta frase, el actual rey dejó clara su postura europeísta, y también evocó la visión que en su día defendió Juan Carlos I. Fue este quien rubricó la entrada de España en Europa en 1985 y quien, como primer monarca del país en democracia, se dirigió al Parlamento Europeo. Lo hizo consolidando así un camino que hoy retoma su hijo.

Es una coincidencia demasiado significativa como para pasar desapercibida. La política exterior, y en especial el proyecto europeo, es uno de los pocos terrenos en los que Felipe ha optado por no romper con el legado de su padre. Por el contrario, ha decidido continuar esa senda, reforzando la importancia de Europa en el relato institucional de la monarquía española.

Un legado que trasciende generaciones en la Casa Real

La figura de Juan Carlos I ha estado en entredicho debido a los múltiples escándalos financieros y personales que han manchado su reputación. Ante esto, su hijo adoptó una postura contundente: recorte de la asignación de su padre, retirada de su agenda institucional y un discurso de renovación ética centrado en la ejemplaridad.

No obstante, el acto del 40 aniversario europeo ha dejado claro que no todo el legado ha sido rechazado. Hay valores e hitos históricos que el marido de la reina Letizia reivindica con orgullo, y la pertenencia de España a la Unión Europea es uno de ellos. Así lo ha reconocido también Charles Powell, vicepresidente ejecutivo de la Red de Estudios sobre las Monarquías Contemporáneas, en declaraciones al diario El Mundo.

Él ha afirmado: “El rey Felipe sigue un sendero definido y marcado por su padre. Los españoles son los más europeístas y Felipe entiende que el nivel europeo nos protege cuando no funcionan los otros niveles”.

Estas palabras confirman que, a pesar del esfuerzo por desmarcarse en muchos aspectos, el actual monarca sabe el peso histórico que ciertos momentos del reinado anterior tienen para el país. Y, lejos de rechazarlo por completo, opta por integrarlo en una narrativa institucional que refuerza la estabilidad, la pertenencia y la unidad de España en el marco europeo.

Juan Carlos I y Felipe VI vestidos de traje oscuro, uno con corbata morada y el otro con corbata negra, ambos con expresión seria.

Otro elemento simbólico de esta continuidad se encuentra en el tono y contenido de sus discursos. Felipe VI habla de Europa no solo como un entorno político, sino como una garantía de libertad, derechos y cohesión democrática. Una visión compartida también por su padre en los años de la transición y apertura al mundo.

Este giro de 180º en la imagen que se tenía de los dos reyes es significativo. Deja de manifiesto que no solo hay distanciamiento y disparidad en su manera de entender su posición. Hay un resquicio de pensamiento común en un aspecto muy concreto.

Además, esta actitud sirve como puente entre generaciones. No se trata de imitar, sino de continuar lo que funcionó y fue bien valorado por los ciudadanos. 

En un contexto de incertidumbre y con tensiones nacionalistas dentro de Europa, que el jefe del Estado reafirme su compromiso con la UE no es un gesto vacío. Es una declaración de principios que busca posicionar a la monarquía como garante de estabilidad y vocación internacional.

➡️ Corazón

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