
David y Victoria Beckham rompen su silencio para confesar su triste problema familiar
David y Victoria Beckham han reconocido que sus hijos están enganchados a los teléfonos, por eso se los han prohibido
David y Victoria Beckham han sorprendido al revelar uno de los problemas que más les preocupa en su vida familiar. A pesar de la imagen de perfección y glamour que proyectan, la pareja ha admitido que sus hijos tienen una fuerte dependencia de los móviles. Por ello, han decidido tomar medidas estrictas para frenar lo que ya consideran una adicción.
En una entrevista reciente, el exfutbolista confesó que en su casa hay normas muy claras respecto al uso de dispositivos electrónicos. Especialmente en los momentos importantes, como las comidas en familia, los móviles están terminantemente prohibidos. Esta regla, que puede parecer sencilla, ha sido clave para preservar la unión entre padres e hijos.

David explicó que todas las noches, sin excepción, la familia se reúne a las seis en punto para cenar juntos. En la mesa no hay pantallas ni distracciones digitales, solo conversación y música de fondo. Esta rutina, según sus palabras, ha sido fundamental para mantener el vínculo entre ellos.
La pareja comparte cuatro hijos: Brooklyn, de 26 años, Romeo, de 22, Cruz, de 20, y la pequeña Harper, de 13. Todos han crecido bajo el foco mediático y rodeados de lujos, pero sus padres intentan que conserven ciertos valores. Entre ellos, el de compartir tiempo de calidad en familia sin interferencias digitales.
El problema familiar de David Beckham
David ha contado que fue él quien tomó la iniciativa de imponer la norma del 'no móviles' en la mesa. Asegura que, como padre, necesita ver a sus hijos mirar a los ojos, hablar, reír y compartir lo que ha pasado en su día. La tecnología, reconoce, les estaba robando esos momentos.
Victoria, por su parte, ha apoyado esta política desde el principio. La diseñadora ha dicho en varias ocasiones que educar en tiempos modernos requiere firmeza y coherencia.
Aunque sus hijos ya son adultos en su mayoría, todavía aplican reglas que les permitan tener cierta estructura familiar. Puede que vivan entre mansiones, jets privados y eventos de gala, pero en el hogar Beckham existen reglas claras.
La familia reparte su tiempo entre Miami y su casa de campo en los Cotswolds, un refugio rural que se ha convertido en su rincón favorito. Allí, rodeados de naturaleza, aplican otra de sus rutinas favoritas: las barbacoas en familia.

David reveló que los fines de semana en su finca inglesa son un ritual sagrado. Desde las once de la mañana hasta pasada la medianoche, todos participan en la preparación de la comida al aire libre. Se trata de una jornada completa sin móviles, en la que lo importante es estar juntos.
Este tipo de actividades, que parecen sacadas de una postal, han sido fundamentales para equilibrar la exposición mediática que viven sus hijos. En especial, la menor, Harper, que crece rodeada de fama, pero también de normas y valores. David ha dicho que protegerla del mundo digital es una de sus principales prioridades.
David y Victoria Beckham han hablado muy claro
La confesión de los Beckham ha puesto sobre la mesa un tema que afecta a millones de familias en todo el mundo. La dependencia de los móviles no distingue entre clases sociales ni estilos de vida. Incluso en hogares donde no faltan recursos, el control del tiempo frente a la pantalla se ha vuelto una batalla diaria.
David reconoce que no es fácil competir con la tecnología. Las redes sociales, los videojuegos y los mensajes constantes hacen que los adolescentes y jóvenes se alejen poco a poco de la conversación real. Por eso, insiste en crear momentos en los que todos deben desconectar.
La familia ha logrado convertir esas rutinas en pequeños rituales de unión. Ya sea en la cena diaria o en las barbacoas del fin de semana, lo importante es recuperar la conexión personal. “Nos sentamos todos a la mesa, hay música, pero no hay pantallas”, repite David como mantra.

Victoria también ha compartido que no siempre fue fácil encontrar ese equilibrio. Con una carrera tan intensa como la suya, y con un marido igual de mediático, organizar una rutina familiar sólida fue todo un reto. Pero hoy se siente orgullosa de haberlo conseguido.
Ambos coinciden en que los valores familiares deben estar por encima de cualquier compromiso profesional. Quieren que sus hijos sean responsables, respetuosos y conscientes del mundo real que les rodea. Y creen que limitar el uso de los móviles es un paso fundamental para lograrlo.
Brooklyn, Romeo y Cruz han crecido bajo esa disciplina, aunque ahora tengan más libertad como adultos. En casa, sin embargo, las normas siguen vigentes y se espera que todos las respeten. La cena es sagrada y no hay excusas para romper la regla.
Una confesión que humaniza a los Beckham
Con esta revelación, David y Victoria han demostrado que, detrás del glamour, también existen preocupaciones cotidianas. No se trata solo de casas lujosas y contratos millonarios, sino de padres que intentan educar en un mundo cada vez más digital. Y su ejemplo ha sido bien recibido por muchas familias que atraviesan situaciones similares.
La adicción a los móviles es un problema global y creciente. La valentía de los Beckham al hablar de ello públicamente puede inspirar a otros a tomar decisiones más conscientes. Porque al final, lo importante no es la fama, sino el tiempo real que se comparte con los que más se ama.
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