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Carolina de Mónaco con aretes posa frente a una imagen de fondo que muestra a una familia vestida formalmente frente a un árbol de Navidad decorado.
CORAZÓN

Carolina de Mónaco toma una decisión con los otros dos hijos de su hermano Alberto

La llamativa postura de Carolina de Mónaco con dos de sus sobrinos, Jazmin y Alexandre, genera especulaciones

Carolina de Mónaco siempre ha sido una de las figuras más influyentes de la familia Grimaldi. Su elegancia, su fuerte carácter y su defensa de las tradiciones la han convertido en una pieza clave dentro de la monarquía. Sin embargo, hay un tema en el que su postura se mantiene firme: su relación con Jazmin Grace Grimaldi y Alexandre Grimaldi-Coste, los hijos extramatrimoniales de su hermano, el príncipe Alberto.

Alberto ha reconocido públicamente a sus dos hijos mayores y los ha integrado en su entorno, pero Carolina de Mónaco se ha mantenido distante. La ausencia de cualquier acercamiento con ellos no ha pasado desapercibida para nadie y su actitud sigue generando todo tipo de especulaciones.

Una persona con un elegante sombrero beige adornado con una red y un vestido con detalles brillantes.

La tradición y el linaje, una prioridad para Carolina de Mónaco

Uno de los aspectos clave en esta historia es la importancia de la línea sucesoria en la familia Grimaldi. Según las leyes de la monarquía de Mónaco, solo los descendientes legítimos tienen derecho al trono, lo que dejaría fuera a Jazmin y Alexandre. Carolina de Mónaco, que ha sido una firme defensora del linaje de sus propios descendientes, siempre ha priorizado la estabilidad de la monarquía.

Su visión sobre este tema no es casual. Tras la trágica muerte de su esposo, Stefano Casiraghi, luchó para que sus hijos fueran reconocidos oficialmente dentro de la Iglesia Católica. Este proceso, que contó con la intervención del papa Juan Pablo II en 1993, fue una de las batallas más importantes de su vida.

Este antecedente podría explicar por qué Carolina evita cualquier tipo de relación pública con sus sobrinos Jazmin y Alexandre. Para ella, la legitimidad y la posición dentro de la realeza no son solo cuestiones de estatus. Para Carolina de Mónaco son principios fundamentales que rigen el funcionamiento de la monarquía.

Dos mujeres con peinados cortos y elegantes, una con cabello castaño oscuro y otra rubio, ambas con pendientes dorados y expresiones serenas.

Un silencio que lo dice todo

A lo largo de los años, Carolina no ha dado ninguna declaración sobre sus sobrinos, pero su actitud es clara. Nunca ha sido vista en su compañía, en eventos oficiales, ni en reuniones familiares privadas. Mientras Alberto ha intentado darles mayor visibilidad, llevándolos incluso a actos de relevancia internacional, su hermana mayor ha mantenido un perfil lejano en lo que respecta a ellos.

Esta distancia también es compartida por Charlene de Mónaco, esposa de Alberto II y madre de los mellizos Jacques y Gabriella. La princesa también se ha mantenido distante y no ha mostrado ningún acercamiento con Jazmin y Alexandre. Todo esto, refuerza la idea de que su integración en la vida del Palacio es limitada.

En el mundo de los Grimaldi, donde las apariencias lo son todo, la postura de Carolina sigue marcando una línea clara. La diferencia entre quiénes forman parte de la monarquía y quiénes, aunque sean de sangre real, quedan fuera de ella.

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