¿Carlos III obliga desalojar la casa donde vive su hermano el príncipe Andrés?
El rey podría estar pensando en despejar la propiedad para dejársela a la reina Camilla
La disputa entre los hermanos comenzó tras la muerte de Isabel II. El 8 de septiembre falleció su madre y parece ser que nada fue igual en la relación de los hermanos. Pues la disputa por la mansión comenzó ya nada fue igual.
¿De qué propiedad hablamos?
La propiedad en cuestión es "Royal Lodge", una mansión con más de treinta habitaciones ubicada a cuarenta minutos de Londres, es el epicentro del conflicto. El rey Carlos III ha sugerido que Andrés se traslade a una vivienda más modesta, como Frogmore House. Esta tiene menores costos de mantenimiento y seguridad. Esta propuesta viene acompañada de la amenaza de revisar la asignación que Andrés recibe del ducado de Lancaster, fondos ahora gestionados por Carlos III.
Sin embargo, el príncipe Andrés se ha mantenido firme, amparándose en un contrato de arrendamiento de 75 años firmado en 2003. Según fuentes britanicas, Andrés planea transferir este contrato a sus hijas, Eugenia y Beatriz de York. Asegurando la residencia hasta 2078. Originalmente, Andrés quería cederle el contrato a su exmujer, Sarah Ferguson, pero las restricciones del divorcio lo impiden.
Estrategias y motivos
Esta maniobra legal parece estar diseñada para mantener el Royal Lodge en manos de la familia York. Carlos III y el príncipe Guillermo han mantenido a Eugenia y Beatriz alejadas del conflicto, permitiéndoles participar activamente en eventos de la realeza. Esta táctica podría ser clave para Andrés, aprovechando la buena relación de sus hijas con el resto de la familia real.
Mientras tanto, Carlos III tiene sus propias consideraciones. Según el Daily Mail, el rey podría estar pensando en despejar la propiedad para el futuro, asegurando que esté disponible para la reina Camilla cuando él falte. Este enfoque resalta el extenso patrimonio de los Windsor y devuelve a Camilla a una narrativa polémica.
Un conflicto de larga data
Un alto asesor de la casa real británica expresó:
"Él se muere por volver, pero la monarquía no se lo puede permitir. La gente no lo entendería. Podría haber una reacción horrible. Ese barco ya ha zarpado".
Estas palabras reflejan la tensa relación actual entre Andrés y la institución liderada por Carlos III y su sobrino, el príncipe Guillermo. Mientras el rey enfrenta sus propios desafíos, tanto públicos como privados, el conflicto con su hermano sigue siendo una cuestión delicada y sin resolución a la vista.
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