
Un pueblo de Zamora confinado por el grave avance de un incendio
La situación se ha complicado a lo largo de la mañana debido a las rachas de viento
Un incendio forestal, catalogado con nivel 2 de peligrosidad, mantiene este sábado confinados a los vecinos de Castromil, una localidad singular porque su casco urbano se divide entre las provincias de Zamora y Orense. La situación se ha complicado a lo largo de la mañana debido a las rachas de viento, que favorecieron la propagación de las llamas.
El fuego se había iniciado en Galicia y, aunque el viernes parecía estar bajo control, volvió a cobrar fuerza alrededor de las once de la mañana de este sábado. En la zona zamorana se desplegaron hasta 14 aeronaves para intentar frenar su avance, según confirmaron a la agencia EFE fuentes del operativo de la Junta de Castilla y León.
El avance del incendio obligó a decretar el confinamiento de Castromil cuando las llamas se aproximaron al núcleo urbano. El fuego se propagó con rapidez tras alcanzar una zona de matorral, donde los vientos constantes de unos 20 km/h, acompañados de rachas que superaban los 40 km/h, intensificaron su fuerza.

Según las previsiones, el viento del sur continuará soplando con fuerza durante toda la jornada, alcanzando rachas de hasta 40 km/h al menos hasta las ocho de la tarde. A partir de las cuatro se espera además una situación atmosférica inestable que podría agravar aún más el escenario.
Aunque las temperaturas actuales se sitúan unos cuatro grados por debajo del umbral habitual para este tipo de fenómenos, los especialistas advierten de la posibilidad de que el incendio derive en uno de carácter convectivo. Esto podría ocurrir si el viento gana intensidad y el fuego alcanza áreas con mayor densidad de vegetación y, por tanto, mayor capacidad de combustión.
Hacia las tres de la tarde de este sábado, el dispositivo de extinción desplegado en la frontera entre Zamora y Orense —en el área comprendida entre los municipios de Hermisende y A Mezquita— estaba formado por un amplio operativo: dos técnicos de coordinación, cinco agentes medioambientales, varias brigadas especializadas (cinco en total) y dos cuadrillas terrestres. A estos recursos se sumaban dos autobombas, cuatro equipos de maquinaria pesada y un total de 13 aeronaves de apoyo.
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