
El paraíso ceutí que une Europa con África
Donde la historia, las playas doradas y la gastronomía exótica se unen para ofrecer una experiencia inolvidable
Ceuta, joya del Mediterráneo que une dos continentes, es mucho más que un destino. Es historia, es mar, es cultura viva. Un lugar para dejarse llevar por los sentidos.
El paraíso ceutí que une Europa con África
Un equipo de EDATV se ha desplazado hasta la ciudad para conocer de primera mano sus encantos. Lo que hemos descubierto nos ha conquistado. Ceuta es una experiencia inolvidable.
En plena calle Independencia, la playa de la Ribera recibe al visitante con su arena blanca y su brisa limpia. Tiene 700 metros de longitud y un ancho medio de 70.
Regenerada en 2006, ofrece todo lo que uno sueña en una playa urbana: sombrillas, duchas, accesos adaptados, chiringuito y vigilancia. Su Bandera Azul lo dice todo.
La amplia acera adosada a las murallas invita a caminar. El mar y la historia se dan la mano. La zona de Fuente Caballos ha sido rehabilitada, ampliando accesos y vistas.
Uno de esos accesos es la antigua Puerta de Fuente Caballos, que comunicaba la ciudad con el mar. Otro, un moderno ascensor que regala vistas espectaculares.
El Club Natación Caballa, con piscina y restaurante, da vida a la playa. Allí la tradición deportiva se mezcla con la relajación frente al mar.

Murallas Reales, historia en cada piedra
Ceuta ha sido codiciada durante siglos. Sus Murallas Reales, declaradas Bien de Interés Cultural en 1985, lo prueban. Son uno de los mayores tesoros históricos de España.
Desde la época bizantina hasta la Edad Moderna, estas fortificaciones han resistido ataques, conquistas y el paso del tiempo. Son memoria viva de la ciudad.
El foso navegable de San Felipe es uno de los pocos del mundo. Se puede cruzar en barco o contemplar desde los bancos junto a las murallas.

Para los más aventureros, hay bicicletas acuáticas, kayaks y tablas de surf. Varias empresas locales ofrecen equipamiento para disfrutar al máximo del entorno.
Clubes deportivos organizan pruebas para atravesar el foso a nado. Vecinos y turistas participan en una experiencia tan única como emocionante.
Tres líneas defensivas, un mismo corazón
La muralla Real, el baluarte de los Mallorquines, la Coraza y el espigón de la Ribera forman la primera línea. Herencia portuguesa del siglo XV.
En la segunda línea encontramos el hornabeque del frente de la Valenciana y el pasadizo entre la plaza de Armas y la contraescarpa del foso.
La tercera línea la forman los revellines de San Pablo y San Ignacio y la contraguardia de San Francisco Javier. Todos ellos ofrecen miradores naturales al mar.
El sistema de minas y contraminas exterior refleja la genialidad defensiva de la ciudad. Un laberinto subterráneo que evitó muchas conquistas.

El puente del Cristo y el cañonazo diario
Cada día, a las 12 en punto, un cañonazo suena desde el monte Hacho. Es una tradición que se remonta al siglo XVI. El corazón de Ceuta late con historia.
El puente del Cristo, antigua entrada a la ciudad, era también capilla. Allí se encomendaban los soldados al Cristo de los Afligidos antes de partir a la batalla.
Hoy, ese eco sigue presente. Y el visitante puede revivirlo paseando por la zona o contemplando las vistas desde lo alto de las murallas.
Basílica Tardorromana, fe entre ruinas
Uno de los hallazgos más importantes de Ceuta es la Basílica Tardorromana. Descubierta junto a una necrópolis, arroja luz sobre el cristianismo primitivo en el norte de África.
Su planta rectangular con tres naves y un ábside orientado al sur la hace singular. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1991.

El museo, diseñado por Javier Arnáiz Seco, abrió en 2006. En él se pueden ver restos romanos, ánforas, sarcófagos y vestigios medievales.
Abre de martes a sábados en horario de mañana y tarde, y festivos por la mañana. Una visita imprescindible para los amantes de la historia.
Gastronomía que seduce el alma
Ceuta se saborea. En sus calles y restaurantes se fusionan los sabores mediterráneos con la tradición árabe. Comer aquí es viajar con el paladar.
Platos típicos como las brochetas de pollo, cordero o ternera son un manjar que no puede faltar. Jugosas, especiadas y cocinadas con mimo.
En Terrazas del Cielo, restaurante ubicado en el Parque Marítimo, se vive la excelencia. Vistas a la bahía y una carta que maravilla.
Pastel de cabracho, bacalao con muselina de ajo, pulpo a la brasa o solomillo ibérico al Pedro Ximénez son solo algunas de sus joyas.

El entorno, la atención y la elaboración convierten cada comida en un recuerdo imborrable. Es el sabor de Ceuta hecho arte.
Recorrer Ceuta es sumergirse en siglos de historia, disfrutar de playas urbanas, emocionarse con atardeceres y saborear platos únicos. Es sentir que el viaje vale la pena.
Nuestro equipo de EDATV ha podido comprobarlo. Ceuta no es solo un destino, es un encuentro con la belleza, la cultura y la autenticidad. Ceuta enamora y está esperando a ser descubierta.
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