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Un grupo de personas con chalecos salvavidas desembarca de una balsa inflable en una playa de piedras, algunas parecen aliviadas y otras muestran gestos de cansancio o preocupación.
ACTUALIDAD

ONG´s promueven boicot a los vuelos de deportación Reino Unido-Francia

Activistas pro-inmigración enseñan a evitar expulsiones, dificultando la política migratoria del Reino Unido

El plan migratorio de Keir Starmer vuelve a fracasar. Activistas pro-inmigración han publicado un manual para sabotear los vuelos de deportación entre Londres y París. Bajo el disfraz de solidaridad y preocupación por los inmigrantes. 

El Alto Tribunal británico suspendió la expulsión de un inmigrante eritreo de 25 años, alegando su defensa que podía quedar desamparado en Francia. La medida se suma a las acciones impulsadas por ONG y grupos afines. Todo ello en un contexto de récord migratorio, con más de 31.000 ilegales cruzando el Canal en lo que va de 2025.

Según The Telegraph, distribuyó un manual para presionar a Air France. Se pide a los empleados que boicoteen los vuelos y se califica la deportación de violenta y abusiva. La maniobra busca frenar al sistema y garantizar que la entrada ilegal continúe.

Este documente incluso llama a llenar las redes sociales de mensajes contra las deportaciones. Grupos como Auberge des Migrants afirman haber enviado correos de manera masiva para frenar al Ministerio del Interior británico. Bajo la supuesta etiqueta de ayuda humanitaria. 

Un grupo de personas sentadas y algunas de pie frente a unas carpas blancas, muchas de ellas llevan mantas o pañuelos rojos y parecen estar esperando en un campamento improvisado sobre suelo de tierra.

El Ministerio del Interior británico había diseñado vuelos en grupos pequeños, usando aviones comerciales para agilizar las deportaciones. Francia también se preparaba para devolver inmigrantes irregulares en vuelos recíprocos. Las reacciónes de las ONG's han sido boicotear estos vuelos en todas las formas posibles.

Estas ONG's han aumentado sus ataques frente a las medidas migratorias. Dicen proteger a los débiles, aunque dependen de donaciones y sindicatos que se benefician de este tráfico de personas. Al final el humanitarismo  se traduce en un negocio basado en la inmigración ilegal. 

Detrás del discurso vacío humanitario, lo que realmente se promueve es tráfico de personas. La mayoría de los inmigrantes que cruzan el Canal no son mujeres ni niños, como intentan hacer creer estas organizaciones.

De esta manera, su discurso queda completamente desmontado y evidenciado como una asociación criminal de interés económico más que de protección real. 

Otro golpe a la inmigración ilegal: Grecia extiende el veto a las solicitudes de asilo

El Gobierno de Grecia ha anunciado que extenderá el veto a las solicitudes de asilo para inmigrantes provenientes del norte de África. Se trata de una medida que busca frenar la creciente presión migratoria en sus costas.

Esta decisión, impulsada por el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, responde al aumento de llegadas irregulares, especialmente en islas como Creta y Gavdos. Según datos oficiales, más de 9.000 personas han arribado por mar en 2025, con 2.000 solo en los últimos días en Creta.

El Ejecutivo griego prepara un nuevo paquete legislativo que impondrá penas de hasta cinco años de prisión para quienes ingresen ilegalmente al país. Esta norma excluirá únicamente a aquellos que demuestren huir de conflictos armados reales. El ministro de Migración, Thanos Plevris, ha sido claro:

Ya nadie en Europa cree en las fronteras abiertas ni en recibir a inmigrantes ilegales con flores.

Esta declaración refleja un cambio en el discurso oficial, alineándose con políticas más estrictas en la región.

La situación en las islas griegas es crítica. Las autoridades locales están desbordadas, con instalaciones de acogida saturadas y cientos de personas alojadas en espacios improvisados, como un antiguo mercado en Creta.

“Estamos completamente sobrepasados. Nuestro personal no da más”, afirmó Vasilis Katsikandarakis, presidente de la Asociación de Guardacostas del oeste de Creta.

Un grupo de personas viaja en una pequeña embarcación sobre el mar

La medida ha generado críticas de organizaciones no gubernamentales y organismos de la Unión Europea, que acusan a Grecia de violar el   derecho internacional al asilo. Organizaciones como Amnistía Internacional han calificado estas políticas de “inhumanas”, argumentando que buscar refugio es un derecho fundamental.

Sin embargo, Atenas defiende su postura como una cuestión de seguridad y soberanía nacional. La Comisión Europea, por su parte, ha respaldado a Grecia, calificando la situación en Creta como “excepcional”.

El Gobierno griego también planea crear centros de detención especiales para gestionar estas llegadas, principalmente desde Libia. Plevris ha insistido en que los inmigrantes cuya solicitud de asilo sea rechazada enfrentarán dos opciones: prisión o repatriación.

Esta política, según el ministro, envía un mensaje claro a traficantes y migrantes: “El paso a Grecia está cerrado”. Grecia se suma así a otros países europeos que adoptan medidas más duras contra la inmigración irregular, en lo que algunos llaman el “efecto Meloni”. Este enfoque busca disuadir a los traficantes de personas y reducir los  flujos migratorios, en un contexto de creciente presión en las fronteras del sur de Europa.

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