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Un hombre con expresión de sorpresa o confusión mira su teléfono móvil mientras los logotipos de Orange, Vodafone y Movistar flotan a su alrededor con signos de interrogación amarillos.
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Movistar, Orange y Vodafone quedan avisados: con los clientes no se juega

Un cliente decide poner contra las cuerdas a una compañía de telefonía y al final consigue lo que buscaba

Movistar, Orange y Vodafone no pueden seguir ignorando las reclamaciones de sus clientes. Eso es algo que quedó evidente tras lo sucedido hace unos días en Vilagarcía de Arousa con un usuario. Este incidente, protagonizado por un jubilado llamado Mon Reirís, pone en evidencia las malas prácticas de atención al cliente que a menudo sufren muchos.

El 22 de noviembre del pasado año, este hombre compró un teléfono móvil para su hermana en una tienda. Tras probarlo, descubrieron que el dispositivo presentaba serios problemas: la batería se recalentaba y se agotaba rápidamente. Ante esta situación, decidieron acudir a la tienda para solicitar una solución.

La respuesta de los empleados fue que la incidencia se resolvería en breve, y les aseguraron que se les daría un móvil nuevo pronto. Sin embargo, el 11 de diciembre, cuando finalmente les entregaron el nuevo teléfono, el problema persistió. El dispositivo no cargaba, lo que aumentaba la frustración del cliente.

Los tres logos de Orange, Vodafone y Movistar y de fondo una imagen de una persona con un móvil

Mon Reirís, cansado de recibir siempre la misma respuesta y de que se le dieran largas, continuó contactando con la tienda. Pero solo le pedían que abriera más incidencias, sin ofrecer una solución real.

Movistar, Orange y Vodafone no pueden mirar para otro lado

A pesar de que la compañía seguía cobrando por un teléfono defectuoso, y de que cualquier intento de cancelación suponía penalizaciones, Reirís no se rindió. El 8 de enero, decidió hacer una última acción para que su voz fuera escuchada. Se plantó en la tienda con la firme intención de quedarse allí hasta obtener una respuesta.

A pesar de que la tienda ya había cerrado, la Policía Local tuvo que intervenir para que el hombre abandonara el lugar. Sin embargo, lo que ocurrió al día siguiente es aún más sorprendente. El jueves 9 de enero, el hombre regresó a la tienda, y curiosamente, ese día, llegó finalmente el teléfono que había estado esperando durante semanas.

Esta situación refleja el nivel de frustración que los clientes pueden alcanzar cuando se sienten ignorados y maltratados por sus proveedores de servicios. En la información recogida por Antena 3 no se concreta la compañía implicada. Pero probablemente se tratara de una de las grandes.

Mujer sorprendida con logos de Movistar, Vodafone y Orange en el fondo.

Este episodio sirve como un fuerte recordatorio para las grandes operadoras como Movistar, Vodafone y Orange. Los usuarios merecen una atención al cliente eficaz y soluciones rápidas a sus problemas. Sin tener que recurrir a medidas extremas como las adoptadas por Mon Reirís.

Llevan a los clientes al límite

El comportamiento de estas compañías debe cambiar. Este caso es solo un ejemplo de cómo, si no lo hacen, pueden enfrentar consecuencias graves. Los clientes ya están más informados y dispuestos a hacer valer sus derechos.

No basta con ofrecer grandes campañas publicitarias o planes atractivos. La calidad del servicio y la atención al cliente son cruciales para mantener la lealtad de los usuarios.

Movistar, Vodafone y Orange deben reflexionar sobre este incidente y tomar nota de que, con los clientes, no se puede jugar. El servicio al cliente debe ser siempre una prioridad, y los errores deben solucionarse de manera rápida y eficiente. Sin causar molestias adicionales a los usuarios. 

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