Bankinter, de luto: muere Jaime Botín, expresidente de la entidad
El histórico banquero fue un pilar de las finanzas en España y ocupó varios cargos clave dentro de Bankinter
Jaime Botín, una de las figuras más influyentes de la banca española, ha muerto por causas naturales a los 88 años. Fundador y expresidente de Bankinter, y exvicepresidente del Banco Santander, deja un enorme vacío en el mundo de las finanzas.
El funeral de Jaime Botín se celebrará de forma privada en Cantabria, rodeado de su familia, entre los que destacan figuras también ligadas al mundo de las finanzas. Como su sobrina Ana Botín, actual presidenta del Banco Santander.
Jaime Botín, una figura clave en Bankinter
Jaime Botín estudió Derecho en la Universidad de Valladolid y, posteriormente, Economía en la Universidad de Deusto, lo que le permitió preparar su entrada en el mundo financiero. Su carrera despegó cuando en 1965 participó en la fundación de Bankinter, una entidad creada como banco industrial en una joint venture entre el Banco Santander y Bank of America. Desde sus primeros años en Bankinter, ocupó posiciones clave, incluyendo consejero director general y consejero delegado, y finalmente asumió la presidencia en 1986.
Durante su mandato, Jaime Botín transformó Bankinter en una de las entidades más innovadoras de España. Bajo su liderazgo, el banco se convirtió en pionero en la adopción de nuevas tecnologías, y su visión estratégica fomentó el desarrollo de productos bancarios innovadores, como la banca digital y telefónica.
Además, en 1995, impulsó la creación de Línea Directa, una aseguradora que revolucionó el mercado gracias a su modelo tecnológico y directo al cliente.
Botín mantuvo un perfil de liderazgo claro y diferenciado en Bankinter hasta su dimisión en 2002. Aunque siguió siendo su mayor accionista a través de su sociedad patrimonial, Cartival, que poseía el 23,19% del banco. Este control le permitió seguir influyendo en la entidad hasta sus últimos años.
No obstante, su vida también estuvo marcada por la controversia. Especialmente en 2020, cuando fue condenado por contrabando de arte al intentar sacar de España un cuadro de Picasso valorado en más de 26 millones de euros.
Un hecho por el que pagó una multa de 91,7 millones de euros, pero se libró de entrar en prisión. Y todo porque el expresidente de Bankinter padecía una enfermedad grave e incurable.
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